Ser docente significa utilizar la voz como herramienta de trabajo —pero ese esfuerzo constante puede traer consecuencias graves: nódulos, fatiga vocal e incluso pérdida parcial de la voz. En Argentina, esta disfonía puede ser reconocida como enfermedad profesional, lo que abre la puerta a reclamos ante la ART. En este artículo te explico cómo hacer valer tus derechos, cuáles son los pasos concretos, y repaso algunos casos recientes que demuestran que sí es posible ganar.
Los docentes deberían prestar especial atención si notan:
La disfonía docente no es un problema menor ni algo inevitable: es una enfermedad profesional reconocida por la ley en Argentina, y reclamar con la ART es una vía legítima. Los casos demuestran que se puede ganar una indemnización significativa cuando se prueba el daño. Por eso, si estás perdiendo la voz, no minimices la situación.
👉 Actuá ahora: consultá con un especialista (ORL o fonoaudiólogo), reuní toda la documentación médica y laboral y buscá asesoramiento legal especializado. Reclamá lo que te corresponde: tu voz es tu herramienta de trabajo más valiosa.
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